Devoción religiosa hecha museo ¡en Cupilco!

El Museo Comunitario de la Virgen de Cupilco es una obra de arte que hoy permanece en el municipio de Comalcalco, Tabasco. La temática del espacio gira en torno al culto popular de la Virgen de la Asunción, cuya veneración se remonta al siglo XVIII, cuando los habitantes de Cupilco adoptaron la imagen mariana como símbolo identitario.

Fuente: Tabasco Hoy

El espacio cultural se centra en la historia de la Virgen de la ASunción, quien es el símbolo de Comalcalco.

 

El Museo Comunitario de la Virgen de Cupilco es una obra de arte que hoy permanece en el municipio de Comalcalco, Tabasco. La temática del espacio gira en torno al culto popular de la Virgen de la Asunción, cuya veneración se remonta al siglo XVIII, cuando los habitantes de Cupilco adoptaron la imagen mariana como símbolo identitario.

 

Fredy de la Cruz López, secretario del recinto cultural, explica que las puertas se abrieron el primero de junio de este año, dejando el acceso a los visitantes los sábados y domingos desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde.

 

Construido a un lado de la tradicional iglesia de la comunidad, el inmueble se encuentra construido en dos plantas. En la primera hay una gran sierra de viento, la cual se utilizaba para aserrar la madera, la particularidad de esta herramienta de trabajo es que tenían que ser dos personas las que podían hecharla a andar.

 

“El recorrido inicia con dos carteles que representan una puerta simbólica del museo: por un lado está una reproducción de la Quinta Carta de relación de Hernán Cortés, que describe su visión de la religión de Cupilco durante su paso”. “Por otro lado está un testimonio de una persona nativa del pueblo, quien describe con sus palabras la historia de la llegada de la Virgen al pueblo”, señala.

 

De inmediato los visitantes, desde la planta baja tienen que seguir unas huellas plasmadas en un mural que fue pintado por el artista de Tamulté de las Sabanas, Eleazar Hernández, todo en honor a la diosa Ix-Bolom, relacionada al agua y a la fertilidad. “En la pintura nos tenemos que adentrar porque el estilo es tridimensional, se puede observar un penacho que representa al sol, hay una silueta que es la diosa que da vida al mural, con los colores que personifican a la naturaleza y a la Tierra de manera prehispánica”, subraya.

“El fin es que la gente identifique el pasado de la comunidad, porque más adelante, en la segunda planta se unirá con el presente”.

 

Indicó que en toda la pared se van a poder encontrar rostros mayas, pinturas, más huellas que van subiendo para buscar el nuevo tiempo.

 

López Cruz extiende su mano y a paso lento sobre las escaleras continúa explicando: “tenemos igual una exposición de fotografías dividida en cuatro partes, que es la memoria, la comunidad, las casas de la Virgen y el museo. Más hacia arriba, pero sin llegar a la otra planta, se ve un apartado de la época difícil de la religión católica, y se refiere al garridismo, donde hay fotos de iglesias convertidas en escuelas públicas, bibliotecas o teatros.

 

En la segunda planta la pintura ya se une con el presente, donde se describe la llegada de la virgen, cuando la vieron arribar a la Barra de Cupilco en su barquito acompañada de un cofre de tesoro y unos vestidos de ella.

 

“Es probable que haya sido de un naufragio, o que el barco fue atacado por piratas, la imagen fue encontrada por pobladores de Ayapa, quienes le buscaron un lugar para que descansara y la pudieran venerar, hasta llegar a Cupilco”. En el mural también se puede ver cómo la virgen fue escondida muchas veces en chozas, sin perder, por parte de la comunidad donde se encontrara que le hicieran sus rezos y cantos, cambiarle sus vestidos y perfumarla, lo que aún se hace en Cupilco.

 

“Después del garridismo, la virgen pudo salir a la luz, aunque se pensó que ella había sido destruida, pero los pobladores con la gracia de Dios supieron esconderla bien, lo que también está representado en la pintura”.

 

La idea original es hacer un recorrido en el tiempo, para terminar con un día cotidiano del pueblo, donde van a sembrar, en la tarde que descansan, y en la noche donde van a la iglesia, así termina el largo mural del maestro Eleazar.

¿Cómo nace el proyecto?

La idea del museo nació por una exigencia de la comunidad de mantener la memoria histórica, rescatar su pasado, involucrar a los jóvenes en un contexto de respeto por las tradiciones.

 

En el año 2010 el padre Enrico Lazzaroni ayudado por un comité de Cupilco y de la mano de un historiador de nombre Maximo de Gussepe, de Italia, y unas maestras del INHA, empezaron a recabar información y sobre todo el permiso a la comunidad para exhibir los objetos de la virgen.

 

También se contó con la ayuda de Cáritas, y el fondo de Mundialitá, que es una sección del Vaticano, quienes apoyan a los proyectos culturales.